24 de marzo de 2011

La Felicidad

Ayer por la noche, casi medio dormido, bueno dormido con el programa de Buenafuente me despertó la voz de una persona cuya frase que cito más adelante dice mucho de su personalidad y lo que nos enseña, a continuación  transcribo también una entrevista suya publicada en la web ideal.es y que pienso puede ayudarnos mucho en estos tiempos de crisis, iré recabando información y publicaciones sobre esta persona y os la haré llegar.

Emilio Duró.  HOY ES EL MEJOR DÍA DE LO QUE NOS QUEDA DE VIDA.

Emilio Duró es ejecutivo en varias empresas, pero desde hace unos años se dedica a hablar de la felicidad. El lunes le tocó en la Escuela Andaluza de Salud Pública y los destinatarios de su conferencia eran un centenar de directivos de equipos sanitarios.


-¿A qué se refiere con 'Optimismo en tiempos de crisis'?

-Hoy la enfermedad de moda es la depresión, las pocas ganas de trabajar, la apatía; estamos todos tristes. Desde hace años los especialistas estudian cómo afrontar la adversidad, por qué hay gente que haga lo que haga triunfa y gente que haga lo que haga fracasa.

-¿Cómo se mejora el clima emocional en una empresa?

-Las emociones se contagian. Es muy importante el jefe inmediato: si es una persona optimista, alegre, entusiasta y con ganas, lo transmite; si es una persona quemada y destructiva, también. De buenos jefes tenemos buenos empleados y de jefes tristes, empleados tristes. Las empresas pueden fomentar un buen clima a través de una serie de mejoras para fomentar el optimismo, la alegría, la comunicación...

-¿Hay alguna particularidad en las instituciones sanitarias?

-Están en el lugar más duro porque trabajan con pacientes que se juegan su vida. Lo mío es una tontería: lo máximo que me puedo cargar es una empresa que fabrica bolígrafos o lo que sea. Los médicos y los enfermeros son auténticos héroes, pero nadie les ha enseñado a enfrentarse con la dureza de su trabajo desde el punto de vista emocional.

-¿Cuáles son los ingredientes para el optimismo?

-El primero de ellos es la salud. El segundo es el componente emocional: la familia, los amigos, el trabajo y la forma de ver la vida: la gente alegre es más feliz. El tercero tiene que ver con el conocimiento: la idea de que cuanto más tonto eres más feliz eres es una estupidez. Es muy difícil que tú estés con tu pareja 80 años si no te apasiona y para apasionarte tiene que ser intelectualmente activa, sorprendente cada día. Y luego está el componente espiritual.

-¿Cómo pueden ser optimistas un parado, un pensionista pobre o un estudiante sin perspectivas?

-Es cierto que la situación es crítica, pero frente a la adversidad solo hay una alternativa: crecerse, tener espíritu positivo y luchar. No sé qué edad tiene usted, pero de aquí a diez años estará peor, y de aquí a veinte, peor. Está en el mejor día de los que le quedan. Envejecer es malo, pero la alternativa es peor. Hay personas que lo tienen peor que otras, pero precisamente en esos casos es cuando más tienen que sacar la fuerza que hay en ellos. ¿Un consejo para un parado? Lo primero, que se ponga en forma: nuestro cuerpo funciona con oxígeno y cuando lo tiene sube la autoestima y baja la tristeza. Que se quiera, que se cuide. y luego ya tocaríamos la parte intelectual.

-¿Dónde está la felicidad?

-Los humanos tenemos tres cerebros: el reptiliano, que se encarga de las tareas primarias; el córtex, para las funciones racionales; y el límbico, que se encarga de las emociones. Por eso hay deficientes mentales maravillosos y gente con cinco carreras que no hay quien los trague. Existen métodos para desarrollar nuestro cerebro límbico, que es donde está la felicidad. Tiene mucho que ver con una actitud frente a la vida. Hay una parte genética y una parte que se aprende en los primeros tres años. Nuestro cerebro se formatea muy rápido: antes vivíamos mucho menos y el ser humano tenía que aprender lo básico muy rápido. El problema es que hemos alargado la vida pero no hemos sabido llenarla de contenido. Vivimos en el mejor tiempo posible, pero somos menos felices.

-Es más fácil ser optimista cuando a uno le van bien las cosas...

-Groucho Marx decía que la felicidad está hecha de pequeñas cosas: un pequeño yate, una pequeña mansión, una pequeña fortuna. Una depresión en el Caribe con un masajista no es lo mismo que una depresión en casa encerrado y sin tener para comer. Aunque no es la causa principal de felicidad, hay una relación no directa entre la felicidad y el dinero.

-¿Cómo y por qué empezó a dar conferencias sobre la felicidad?

-Yo soy consejero de algunas empresas y lo mío son los números. Pero en un momento de mi vida tuve un problema y empecé a estudiar qué me pasaba, por qué había gente de mi colegio que no aprobaba ni la religión y todo le iba bien y a mí, que en teoría era muy válido intelectualmente, algunas cosas no me iban como yo quería. Empecé a estudiar cómo aumentar la felicidad. Lo expliqué un día, me oyó alguien, se ha puesto de moda. ¡y desde entonces estoy explicando lo mismo y no vivo! Porque la Psicología y la Medicina han estudiado mucho a los enfermos, pero no a la gente normal. Cada persona tiene que hacer un esfuerzo para ser feliz, para llenar de contenido la vida, para levantarse cada día con ánimos y decir 'qué suerte, un día más'... o la vida le va a ir arrastrando.
 
Espero que os haya gustado y que nos sirva de ayuda.
 
Juan C. Aguilera

No hay comentarios: